El Facebook copia las redes de comunicación de las hormigas
Parecer ser que Facebook no es tan innovador. Especialistas de la Universidad de Stanford, California (EE. UU.), probaron que el prototipo de esta red social ya existía hace entre 110 y 130 millones de años.
Un estudio realizado por los científicos sobre las colonias de hormigas recolectoras ('pogonomyrmex barbatus'), una especie típica en los desiertos del suroeste de EE. UU., reveló que para establecer la comunicación entre los miles de ejemplares que forman una colonia se aplican los mismos principios que emplean los usuarios de Facebook para comunicarse entre sí.La mayoría de los usuarios de Facebook está en contacto con un número relativamente reducido de amigos. Pero hay unos cuantos que tienen miles de amigos y funcionan como 'centros informativos': en cuanto cuelgan un mensaje, mucha gente lo ve y el anuncio se extiende muy rápidamente por toda la red.
Resulta que durante los millones de años de evolución de las hormigas recolectoras el esquema que han usado ha sido el mismo. Como todas las hormigas, las 'pogonomyrmex barbatus' usan señales químicas para intercambiar de información. Segregan sustancias sobre sus exoesqueletos. Sus compañeros de nido frotan los exoesqueletos con sus antenas y así leen estos mensajes. Una combinación particular de sustancias químicas en el exoesqueleto del insecto dice qué tipo de funciones efectúa este ejemplar: si es una patrulla o un forrajeador, dónde ha estado y qué comida ha encontrado.
La interacción social más intensiva suele tener lugar en la 'sala de entrada' de una colonia. Las hormigas de patrulla salen fuera para averiguar si en las cercanías hay depredadores o cualquier otro tipo de amenaza. Si la mayoría vuelve, le dan la señal a las hormigas forrajeadoras de que no hay peligro y que se puede salir y cazar alimentos.
Los especialistas de Stanford descubrieron que la mayoría de los insectos comparte información con un número bastante limitado de sus compañeros de nido, pero hay unas cuantas hormigas que llevan la información a una amplia red de compañeras.
Los científicos edificaron un simulacro en el laboratorio de una colonia. Colocaron allí a los insectos y, tras concluir el período de adaptación, grabaron un vídeo en la entrada del hormiguero y lo sometieron a un análisis a través de un programa de ordenador. El programa identificó a todos los insectos y contó cuántos toques de antenas con un compañero efectuó cada uno de ellos durante el experimento.
El análisis reveló que la mayoría de las hormigas tuvo unas 40 interacciones, mientras que un 10% de los insectos funcionaba como 'centro informativo' y contactó con más de 100 ejemplares.
El método del efecto dominó en la comunicación, evidentemente, probó su eficacia. Desde hace millones de años permite a las colonias responder rápidamente a desastres naturales y ataques de depredadores.
Parecer ser que Facebook no es tan innovador. Especialistas de la Universidad de Stanford, California (EE. UU.), probaron que el prototipo de esta red social ya existía hace entre 110 y 130 millones de años.
Un estudio realizado por los científicos sobre las colonias de hormigas recolectoras ('pogonomyrmex barbatus'), una especie típica en los desiertos del suroeste de EE. UU., reveló que para establecer la comunicación entre los miles de ejemplares que forman una colonia se aplican los mismos principios que emplean los usuarios de Facebook para comunicarse entre sí.La mayoría de los usuarios de Facebook está en contacto con un número relativamente reducido de amigos. Pero hay unos cuantos que tienen miles de amigos y funcionan como 'centros informativos': en cuanto cuelgan un mensaje, mucha gente lo ve y el anuncio se extiende muy rápidamente por toda la red.
Resulta que durante los millones de años de evolución de las hormigas recolectoras el esquema que han usado ha sido el mismo. Como todas las hormigas, las 'pogonomyrmex barbatus' usan señales químicas para intercambiar de información. Segregan sustancias sobre sus exoesqueletos. Sus compañeros de nido frotan los exoesqueletos con sus antenas y así leen estos mensajes. Una combinación particular de sustancias químicas en el exoesqueleto del insecto dice qué tipo de funciones efectúa este ejemplar: si es una patrulla o un forrajeador, dónde ha estado y qué comida ha encontrado.
La interacción social más intensiva suele tener lugar en la 'sala de entrada' de una colonia. Las hormigas de patrulla salen fuera para averiguar si en las cercanías hay depredadores o cualquier otro tipo de amenaza. Si la mayoría vuelve, le dan la señal a las hormigas forrajeadoras de que no hay peligro y que se puede salir y cazar alimentos.
Los especialistas de Stanford descubrieron que la mayoría de los insectos comparte información con un número bastante limitado de sus compañeros de nido, pero hay unas cuantas hormigas que llevan la información a una amplia red de compañeras.
Los científicos edificaron un simulacro en el laboratorio de una colonia. Colocaron allí a los insectos y, tras concluir el período de adaptación, grabaron un vídeo en la entrada del hormiguero y lo sometieron a un análisis a través de un programa de ordenador. El programa identificó a todos los insectos y contó cuántos toques de antenas con un compañero efectuó cada uno de ellos durante el experimento.
El análisis reveló que la mayoría de las hormigas tuvo unas 40 interacciones, mientras que un 10% de los insectos funcionaba como 'centro informativo' y contactó con más de 100 ejemplares.
El método del efecto dominó en la comunicación, evidentemente, probó su eficacia. Desde hace millones de años permite a las colonias responder rápidamente a desastres naturales y ataques de depredadores.
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