Michael Gielniak. (Foto: GIT) |
Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech), en Estados Unidos, ha comprobado que cuando los robots se mueven de manera más humana, con transiciones progresivas entre posturas en vez de con cambios bruscos, las personas no sólo pueden reconocer mejor lo que está haciendo el robot, sino que también pueden interactuar mejor con él.
"Es importante construir robots que cumplan con las expectativas sociales, porque creemos que será más fácil para la gente saber cómo comportarse con ellos", explica Andrea Thomaz, profesora en la Escuela de Computación Interactiva en el Georgia Tech.
Thomaz y Michael Gielniak analizaron cuán fácilmente las personas pueden reconocer lo que está haciendo un robot al observar sus movimientos.
El movimiento de un robot por lo general es de tipo entrecortado, con muchas paradas e inicios, a diferencia del movimiento humano más fluido y dinámico. El objetivo de Thomaz y Gielniak es que podamos interactuar con los robots igual que podemos hacerlo con otros seres humanos, es decir, de un modo intuitivo.
Valiéndose de una serie de movimientos humanos copiados de los de personas reales en un laboratorio de captura de movimiento, Thomaz y Gielniak programaron al robot conocido como Simon, para imitarlos. También optimizaron esa movilidad más humanizada al permitir que un mayor número de articulaciones del robot se movieran al mismo tiempo. El resultado de ello es que los movimientos de Simon resultan más propios de un ser humano que de un robot.
Esto último ha sido corroborado en experimentos en los cuales Thomaz y Gielniak pidieron a unos voluntarios humanos que observasen a Simon e identificasen los movimientos que hacía. Cuando los movimientos de Simon eran de tipo humano, las personas fueron capaces de percibir más fácilmente lo que estaba haciendo el robot.
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