Construciones subterraneas de mas de 10.000 años
¿Hecho por el hombre, hecho por la Naturaleza, o finalizó el hombre lo que empezó la Naturaleza? Estas enigmáticas estructuras de piedra cerca de Okinawa, Japón, localizadas entre 60 y 100 pies bajo la superficie del océano, tienen a los japoneses preguntándose si su tierra fue una vez parte del continente perdido de Mu.
Terrazas de piedra, bloques y paredes en ángulo recto, y círculos de piedra abarcando columnas hexagonales parecen intrigantemente, si no claramente, hechas por el hombre.Unas cuantas pistas más. Un camino circular, lo que parecen ser agujeros para grandes postes de madera, peldaños, y castillos con arquitecturas similares localizados en las cercanías y todavía sobre tierra firme.
Los dos sitios que más están llamando la atención.
Cerca de la ciudad de Naha en Okinawa está lo que parece ser una pared, con coral adherido en bloques de ángulos rectos. Otra, en el sur de la pequeña isla de Yonaguni, la isla más al sur de Japón, es una zona extensa, con cinco capas irregulares que se asemejan a unas terrazas ceremoniales superpuestas.
El Profesor Masaaki Kimura, un geólogo marino de la Universidad de Ryukyu en Okinawa ha estado durante años estudiando estos ocho sitios, especialmente Yonaguni, que fue descubierto hace 25 años, en 1985.
Kimura cree que estos monumentos están hechos por el hombre, abandonados por una civilización desconocida, quizás del continente asiático, hogar de nuestras más antiguas civilizaciones. Piensa que si las cinco capas de Yonaguni han sido hechas por la naturaleza, deberían encontrarse restos de la erosión en los alrededores, pero no se ha encontrado aún ningún fragmento. Además añade que hay lo que parece ser un camino que rodea el lugar y hay indicios de que fue usado por el hombre. El cree que hacer un monumento así necesitó de un cierto grado de tecnología, y algún tipo de maquinaria.
¿Cómo podemos datar estos lugares?
Se hen sugerido unas cuantas posibilidades. Estos lugares han debido quedar sumergidos cuando aumentó el nivel del mar al final de la última Era Glaciar según se fueron derritiendo los hielos. O, como Japón se encuentra situado en el Anillo de Fuego, la actividad tectónica pudo haber causado el hundimiento de la tierra. O quizás la combinación de ambas posibilidades, o algún efecto catastrófico lo envió, intacto y directamente, al fondo del mar. Teruaki Ishii, un profesor de geología de la Universidad de Tokyo, cree que el lugar es en parte hecho por el hombre y en parte natural, y sugiere la fecha del año 8.000 A.C, contemporanea con las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y el valle del Indo. Otros calculan una antigüedad de 12 mil años.
Los informes preeliminares de los primeros americanos que han buceado en los emplazamientos
Justo después de haber buceado por de dos de los 8 sitios conocidos (Mayo de 1998), Mike Arbuthnot, un arqueólogo-aventurero amater, y Boris Said, Productor Ejecutivo del documental de NBC "Mistery of the Sphinx" (El misterio de la Esfinge), ambos submarinistas experimentados, no contaron lo que vieron.
"La zona de Yonaguni está muy cerca de la costa, así que había un gran oleaje y corrientes rápidas, además de tiburones" dice Arbuthnot. "Por otro lado, el agua es la tercera más clara del mundo, con una visibilidad de 200 pies. Y los corales son maravillosos".
"Los dos sitios son muy diferentes, aunque ambos son comparables en cuanto a profundidad, entre 60 y 100 pies bajo la superficie del océano. El emplazamiento de Yonaguni debió ser un lugar para ceremonias, y el de Okinawa es similar a la pared de un castillo, una conjetura que se apoya en los castillos cercanos que hay en la isla con un estilo arquitectónico similar", añade Arbuthnot.
Angulos rectos incluso despues de tanto tiempo
Arbuthnot dice que cuando terminó su primera inmersión en Yonaguni, encontró pocas cosas que sugirieran la intervención humana. Solo fue hasta que buceó en Okinawa, y se entrevistó con el Profesor Kinamura, cuando empezó a tener noción de lo que vió. "La opción de que sean estructuras hechas o modificadas por el hombre necesita pruebas", dice, y "hemos encontrado detalles en piedras rectilíneas muy precisas que parecen indicar intervención artificial, o la modificación de geologías naturales". Un intrigante hallazgo en particular. Agujeros en las plataformas de piedra. ¿Pudieron ser los anclajes para soportar una estructura de madera? Las terrazas son masivas para lo que es el estandar humano. Pero podemos imaginar terrazas naturales que hubieran sido utilizadas para propósitos ceremoniales con la adición de estructuras de madera construídas en lo más alto. Simplemente necesitas insertar las vigas en la roca haciendo unos cuantos hoyos.
"Lo que observamos fue fascinante y necesita una investigación adicional", dice.
Qué dicen los escépticos
El Geólogo Robert Schoch y el egiptólogo John Anthony West (ambos aparecen en el documental de NBC del Misterio de la Esfinge bucearon hace tiempo por el emplazamiento de Yonaguni, sin llegar a ninguna conclusión, sólo con más preguntas. Shosh se centró en determinar qué fuerzas geológicas puedieron haber formado aquello. Mientras que apunta que las fuertes corrientes pudieron haber cortado las terrazas, no elimina la intervención humana. "No he visto los otros lugares", dice, "y al no tener experiencia previa en buceo, malgasto mucho tiempo bajo el agua simplemente intentando seguir vivo".
Junto con los primeros buceadores americanos que bucearon las terrazas de la isla de Yonaguni estaban John Anthony West y el geólogo Robert Schoch (quien en "El Misterio de la Esfinge" sugería que la Esfinge tuvo que ser esculpida partiendo de un saliente sólido de piedra arenisca hace entre 8 y 10 mil años, porque ese es el tiempo que hace que el desierto del Sáhara recibió su última precipitación torrencial, y esa es la única explicación para las profundas señales de erosión producida por el agua en los flancos y el recinto de la Esfinge). En su examen preeliminar del lugar, encontraron un posible solución geológica. Es la erosión natural de las capas de roca sedimentaria. Las fuertes corrientes oceánicas desgastan la roca como un cepillo de carpintero, dejando lo que parecen canales y terrazas perfectamente paralelos y finamente cortados.
En un lugar parecido, la roca bajo la superficie del agua muestra unas capas similares, mientras que la roca sobre la superficie no, sugiriendo que son las olas y la acción del agua la que corta las rocas. Schoch señala que los corales que cubren las rocas las hacen parecer más lisas de lo que parecen de cerca. Por otro lado, hay otras más pequeñas sobre la superficie, tumbas, que son definitivamente hechas por el hombre, y su diseño parece derivar de las misteriosas estructuras que estaban sobre el nivel del mar, en la costa, hace entre 8 y 10 mil años, antes de la inundación por la elevación del nivel del mar (unos 300 pies) al final de la última Era Glaciar, al fundirse los hielos. Y Shoch dice que no puede descartar que esos sitios no fuesen usados o modificados por el hombre, y que está impaciente por seguir investigando.
Shun Daichi, en un fax de 1997, escribe "En Japón el Profesor Kimura de la Universidad de Kyoto está seguro de que los monumentos son obra del hombre. El Profesor Ishii de la Universidad de Tokio, geólogo, piensa que la estructura submarina podría ser hecha por el hombre. Los Medios en Japón muestran los dos puntos de vista, pero se inclinan por la visión de la intervención humana".
tortuga tallada
El tamaño de la tortuga en comparacion con los buzos
Cronologias de lo imposible
Existen indicios que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído, en una época remota en la que todavía no existían ni los seres humanos. Pero sí habitaban y reinaban en la Tierra otros seres. Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos...Antes de desarrollar este tema, quisiera advertir de algo con lo que me he encontrado, y que me ha parecido importante que se sepa: No es tan fácil encontrar toda esta documentación como la que aquí se ha recogido. En los libros de texto, habituales, acerca de Egipto y de las antiguas civilizaciones, que se venden normalmente en las tiendas y librerías, no suelen venir los datos que a continuación se ofrecen. Tampoco se encuentran fácilmente fotografías de los objetos y documentos de los que aquí hablamos. Es necesario por tanto profundizar más allá de lo comúnmente establecido, y recurrir a fuentes menos ortodoxas, y más difíciles de conseguir. Pero como el lector comprobará, aquí se muestran algunas de las fotografías, que revelan que dichos objetos sí que son reales, sí que existen, y se encuentran en sus respectivos museos y lugares originales, a pesar de que en los libros oficiales sean despreciados, no aparezcan, o “no existan”.
He reunido mis libros de documentación e historia sobre Egipto y los orígenes de las civilizaciones, y ¡No he encontrado prácticamente nada!.., ninguna imagen, ninguna referencia, acerca de los documentos en los que los antiguos contaban oficialmente su historia y los orígenes de sus respectivas civilizaciones. En el libro más especializado sobre Mesopotamia, aparece una pequeña fotografía del Prisma de Weld, y se comentan por encima las alusiones a los dioses, pero no se recogen ni se desarrollan ninguna de las cronologías predinásticas, ni aparecen más imágenes de otros objetos testimoniales, ni se ocupa de los historiadores antiguos, etc...
Según la Historia, el Imperio Antiguo Egipcio comenzó sobre el año 3.000 a. C. Las noticias históricas más tempranas en Mesopotamia nos hablan del 4.000 a. C. De esta fecha hacia atrás en el tiempo, es cierto que siguen hallándose algunos vestigios y huellas humanas en el pasado, pero todo empieza a volverse muy confuso...
En 1.991 el geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch detectó que la Esfinge de Gizeh, en Egipto, había sufrido erosión de agua varios milenios antes de que comenzara oficialmente la civilización egipcia. Por su parte, los investigadores Robert Bauval y Graham Hancock, autores del libro “El Misterio de Orión”, mediante la utilización de un programa informático que recreaba el paisaje astronómico en el pasado, calcularon que el conjunto de Gizeh fue posicionado hacia la Constelación de Orión sobre el año 10.500 a. C.
Y estos indicios, o pruebas, tal vez imposibles para la Historia, pero en realidad relativamente recientes, solo constituyen la punta del iceberg del enigma del pasado en la Tierra. Nuestros antepasados nos contaron en sus escritos muchas cosas, por ejemplo que aconteció un Diluvio Universal, un relato que aparece en todas las civilizaciones del mundo, y confirmado en la Biblia. Pero para la Ciencia e Historia de la actualidad, todas estas referencias no son sino fabulaciones y mitologías de unos antepasados “atrasados”, o si se prefiere, poco evolucionados y poco desarrollados.
Por si fuera poco, y paradójicamente, negar las evidencias de las pruebas del pasado, grabadas mil veces sobre tablillas, muros, esculturas, etc.., se ha convertido en una actitud moderna y en un aval de reputación científica, dentro del mundo académico y en toda la sociedad en general. Como dice el investigador John Anthony West, “todos esos desafíos a los dogmas establecidos, no encajan con la visión que tenemos nosotros, ‘los listos’, que vivimos en nuestro mundo de bombas de hidrógeno y pastas de dientes con rayas”...
Veamos algunas de las cosas que nos contaron los antiguos, y hagamos un recorrido en el tiempo, a través de los documentos que nos dejaron.....
MESOPOTAMIA
Nombre griego que significa “Entre los ríos” y que se refiere al país comprendido entre los ríos Tigris y Eufrates. Comprendía distintas regiones como Sumeria al sur, Acad en el centro, y Asiria, en el norte. En muchas ciudades de esta civilización, se han hallado muchos objetos y documentos antiguos que testimonian las huellas de un pasado remoto sorprendente.
Acad
Ciudad situada a 50 kms al noroeste de Babilonia, también llamada Akkad, Agade, Abu Habba, y Sippar, que significa “ciudad de libros”, lo que indica que esta población fue célebre a causa de sus bibliotecas. Según las crónicas halladas por los arqueólogos, fue la capital del octavo monarca antediluviano, Emenduranna, quien reinó durante 21.000 años.
Las Tablillas de Nippur
Nippur o la ciudad de Nimrod, a 80 kilómetros al sureste de Babilonia, fue excavada por la Universidad de Pensilvania bajo los arqueólogos Peters, Haynes y Hilprecht, entre 1.880 y 1.900. Se encontraron 50.000 tablillas que se cree que fueron escritas durante el tercer milenio a. C., incluyendo una biblioteca de 20.000 tomos, diccionarios y obras completas sobre religión, literatura, leyes y ciencias. También se hallaron archivos de unos Reyes muy longevos.
El Prisma dinástico de Weld: La Lista de los Reyes Sumerios
Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a. C. Se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes. El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.
El Prisma de Weld fue escrito en cuneiforme hacia el 2.170 a. C. por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a finales de la dinastía Isin. El documento ofrece una lista completa de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1.827 a. C - 1.817 a. C) incluyendo además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes del Diluvio Universal. Se trata de un prisma excelente, de barro cocido, que fue hallado por la expedición Well-Blundell en el año 1.922, en Larsa, hogar del cuarto rey antediluviano, Kichunna, unos pocos kilómetros al norte de Ur, y que posteriormente ha sido depositado en el Museo Ashmolean de Oxford. Se cree que el objeto es anterior en más de un siglo a Abraham, y fue encontrado a poca distancia del hogar del patriarca hebreo.
La lista comienza así: “Tras descender el Reinado del Cielo, Eridú (lugar donde según la Biblia estuvo el Jardín del Edén) se convirtió en la sede del Reino”. La Lista de los Reyes Sumerios, al igual que la Biblia, habla acerca del Diluvio: “Después de que las aguas cubrieran la tierra y que la Realeza volviera a bajar del Cielo, la Realeza se asentó en Kis”. El objeto de la Lista Real era demostrar precisamente que la monarquía bajó del Cielo, y que había sido elegida una determinada ciudad para que dominara sobre todas las demás.
Beroso (Berossus), el historiador y escriba babilonio del año 300 a. C., basando su historia en archivos del Templo de Marduk, copiados a su vez de inscripciones primitivas, muchas de las cuales han sido descubiertas, nombró a los 10 Reyes Longevos de Sumeria, que reinaron entre 10.000 a 60.000 años cada uno de ellos. “En los días de Xisuthro (Zinsuddu) –dice Beroso– ocurrió el Gran Diluvio"
Tanto las Tablillas de Nippur como el Prisma de Weld dan los nombres y reinados como siguen:
REY REINÓ EN DURACIÓN
Alulim Eridú 28.000 años
Alalmar Eridú 36.000 años
Emenluanna Badgurgurru 43.000 años
Kichunna Larsa 43.000 años
Enmengalanna Badgurgurru 28.000 años
Dumuzi Badgurgurru 36.000 años
Sibzianna Larak 28.000 años
Emenduranna Sippar 21.000 años
Uburrato Shuruppak 18.000 años
Zinsuddu
Utnapishtim
“Entonces, el Diluvio destruyó la Tierra”. Estos son exactamente los mismos reyes que cita el historiador babilónico Beroso.
EGIPTO
En las cronologías de la civilización egipcia nos encontramos también con la presencia de unos seres, conocidos como Dioses y Semidioses. Los historiadores ortodoxos prefieren utilizar otros nombres, y a veces los “semidioses” pueden ser traducidos como “manes”, y los Espíritus se quedan convertidos en “héroes”. Se busca una coherencia en una lógica imposible, aunque sea a costa de profanar lo “sagrado”. Algunos de los documentos históricos más significativos que registran el pasado de la civilización egipcia son por ejemplo el Papiro de Turín, la Piedra de Palermo, y los textos que escribió el sacerdote egipcio Manetón. Pero hay más.
El Papiro de Turín:
También conocido como Canon de Turín, no se conserva completo, y está escrito en lenguaje hierático. Se deduce que originalmente debía contener más de 300 nombres de Reyes, detallando con precisión los años, meses y días de cada reinado. Recoge los reinados de 10 llamados Dioses o Neteru y de varias dinastías de semidioses, como las de los Shemsu-Hor (Compañeros de Horus) y los Venerables de Menfis. La cronología del Papiro de Turín finaliza así: “Los Akhu, Shemsu Hor, 13.420 años; reinados antes de los Shemsu Hor, 23.200 años; total: 36.620 años”.
La Piedra de Palermo
A juzgar por el último rey que aparece en el listado, debería pertenecer al reinado del Faraón Neferirkare (2.446 - 2.426 a. C.), Rey de la V dinastía. Se trata de la mitad de una enorme losa de diorita negra, que originalmente debía medir aproximadamente unos 2 metros de longitud y 60 cms de altura, y que actualmente se puede contemplar en el Museo de Palermo, aunque en realidad existen 7 fragmentos en total distribuidos por diferentes museos del mundo. El documento, en escritura jeroglífica, da cuenta de 120 reyes predinásticos que reinaron antes de que existiera oficialmente la civilización egipcia. De nuevo aparecen los nombres de los misteriosos “Dioses” y “Semidioses” engrosando las genealogías reales egipcias.
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