viernes, 25 de febrero de 2011

Testigo solitario de la agonía del Ártico durante 38 años

 Durante casi cuatro décadas ha estudiado los araos aliblancos en una isla al norte de Alaska

"Cuando la gente me pregunta si creo en la realidad del cambio climático, les respondo que no es una cuestión de fe o de opinión".
 "Yo he visto como el aumento en las temperaturas ha cambiado la vida al norte de Alaska".

El biólogo estadounidense George Divoky es un testigo único de los cambios en el Ártico. Durante los últimos 37 años de su vida ha pasado cada verano, solo, estudiando una colonia de aves marinas en la isla de Cooper, al norte de Alaska.
Desde su base en una modesta cabina, Divoky ha compartido el día a día de las aves conocidas como araos aliblancos o Black guillemot en inglés (cepphus grylle) que se reproducen en la isla.
El derretimiento del hielo en el Ártico ha tenido efectos dramáticos, según Divoky: la escasez de alimentos ha causado la muerte de grandes números de pichones y por primera vez las aves se enfrentan a un gran depredador, el oso polar, que comenzó a llegar a la isla en busca de alimentos.
La amenaza de los osos
Los osos polares llegaron a la isla de Cooper en 2002.
"A medida que las masas de hielo se desplazan desde la costa y retroceden hacia el norte, muchos osos polares abandonan el hielo porque es cada vez más difícil encontrar focas para cazar cerca del borde".
Los osos comen los pichones, pero "no son los villanos en esta historia. Preferirían estar en el hielo comiedo focas, no diminutas aves. Y esta situación va a empeorar a medida que desaparece el hielo del Ártico".
La llegada de los osos también puso en riesgo la seguridad de Divoky.
"Luego de ver a un oso destrozar una carpa ya no podía seguir viviendo en una, así que tuve que instalar una pequeña cabina".
"Durante 28 años viví en una carpa sin protección ninguna, pero ahora estoy en una cabina de madera, rodeado de una cerca eléctrica y con una pistola al alcance de la mano en todo momento".
Falta de alimentos
Los osos no son la única amenaza que enfrentan los araos aliblancos. Otras aves, los frailecillos corniculados o horned puffins en inglés (fratercula corniculata), que muy rara vez se veían antes en la isla de Cooper, compiten ahora con los araos desplazando sus huevos y crías de los sitios de reproducción.
"Algunos años, los frailecillos corniculados mueden matar de una tercio a la mitad de los pichones de arao".
El alimento es además mucho más escaso para las aves que Divoky ha venido estudiando durante cuatro décadas, siguiendo la vida de algunos individuos durante años.
"En los 70 y 80, las aves se alimentaban casi exclusivamente de bacalao del Ártico", una especie que se ha adaptado a vivir cerca de las masas de hielo, ya que bajo las mismas hay una gran variedad de invertebrados y algas.
Al retroceder el hielo, las aves no pueden alcanzar estos peces y han debido buscar otras fuentes de alimento de menor calidad. Muchos pichones mueren en los nidos de inanición y otros lo abandonan con un peso más bajo de lo normal.
En 2009 sólo un pichón sobrevivió a los frailecillos y a los ataques de los osos.
Tristeza
"Ha sido perturbador ver los rápidos cambios de la última década en el norte de Alaska".
"Por cerca de 25 años sólo notaba cambios muy pequeños y las colonias de pájaros se reproducían bien. Ciertamente en los últimos cinco años el final del verano parece un escenario posterior al Apocalipsis tanto para mí como para los araos aliblancos".
"Cuando me voy de la isla al fin del verano hay un sentimiento de tristeza por haber visto otro fracaso en la reproducción y por darme cuenta que esto resultará a la larga en la disminución de la colonia y finalmente en su desaparición".
Divoky cree que sus registros serán aún más importantes en el futuro, si comienza la exploración petrolera del Ártico. Las aves pueden ser un vital indicador del verdadero impacto ambiental de las explotaciones de crudo.
Este ecosistema frágil ya es un vital indicador del calentamiento global.
La mayoría de los científicos coincide en que el aumento de la temperatura en el Ártico es el doble del promedio de la superfice terrestre.
La vida de Divoky es representada actualmente en una obra sobre cambio climático en el Teatro Nacional en Londres.
El biólogo dice entender que "para una persona que vive en Londres o en otras grandes ciudades de latitud media puedan tener dificultad en comprender la realidad del cambio climático".
"Desafortunadamente, cuando grandes poblaciones experimenten los efectos del cambio climático, probablemente no podrán hacer mucho más que adaptarse a cambios que pueden traer grandes dificultades para muchos".
"Es necesario que haya más información y más conciencia sobre estos cambios. La regiones dominadas por la nieve y el hielo serán las primera en ser afectadas por el aumento de la temperatura, pero todo el mundo sentirá el impacto si el calentamiento que se predice continúa".

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