martes, 17 de mayo de 2011

El misterioso Astronauta de Palenque enigmático

El hombre de Palenque, también conocido como el señor Pakal. La historia de este individuo ser se remonta a unos 12.000 años, en el corazón de la civilización maya.
En el año 1949 se descubre en un magnifico templo, debajo de una escalera de cuarenta y cinco escalones, un enigmatico sello oculto que daba a la tumba del hombre de Palenque, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuilliera, que al cabo de más de un año de excavaciones encontró una losa con forma triangular, que tapaba la gran cripta que contenía una gigantesca y espectacular lápida, tapando el un sarcófago donde estaba el cuerpo del señor Pakal. Lo mas interesante de este descubrimiento es que la lápida estaba llena de símbolos y tenía el dibujo del supuesto difunto, colocado en una especie de aparato volador con el cabello ingrávido (como estaría un astronauta sin su casco), sentado en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente, algo espectacular y lleno de enigmas.


La altura media de los mayas en aquella epoca era de aproximadamente 1,50 metros y el señor Pakal medía 1,70 metros. Eso hace pensar que no era maya. Pero los mayas enterrados en templos eran normalmente celebridades. ¿Qué hizo pensar a los mayas que el señor Pakal era una celebridad? Todo eso hace pensar que este individuo era un ser extraterrestre que aterrizó en territorio maya y compartió con ellos distintos conocimientos, hasta el punto de ser considerado una deidad.

En el año 1969 la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre el dibujo de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial contemporánea. No existe duda de que la imagen esculpida en la piedra es la representación de un astronauta dentro de un módulo espacial fuera de la atracción de la atmósfera terrestre.

Entre todas las coincidencias que tiene esta lápida con una nave espacial, se pueden mencionar como mas importantes:
1- En la nariz de Pakal se puede observar un especie de aparato que serviría como respirador y cumpliría la función del casco de un astronauta.
2- En la parte delantera se ven botones y palancas.
3- El cabello ingrávido, como estaría un astronauta sin el casco.
4- En la parte trasera del aparato se distinguen claramente las llamas producidas por la nave.
Fernando Jiménez del Oso nos descubre este misterioso enigma en uno de sus documentales que sin duda, han quedado en el recuerdo como parte de la herencia de sus investigaciones y sabiduría.

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