El laboratorio de Matthew Sullivan de la Universidad de Arizona ha recibido 1,6 millones de dólares de la Fundación Gordon y Betty Moore para desarrollar y aplicar nuevos enfoques de ecología viral, que permitan efectuar investigaciones más profundas sobre la estructura y actividades de las comunidades naturales de virus marinos y sus vínculos con los microbios en los que penetran.
En promedio, una gota de agua de mar contiene cerca de 10 millones de virus, pero la mayoría no son peligrosos para el Ser Humano, centrándose principalmente en infectar a microbios oceánicos, alterando así la forma en que afectan a los ecosistemas.
La mayoría de los biólogos no considera a los virus como organismos vivos porque no se alimentan, ni crecen, ni tienen metabolismo ni tampoco se reproducen por sí mismos. Lo que hacen los virus es infectar las células del organismo receptor, inyectando su propio material genético y controlando la maquinaria molecular de la célula para producir más virus. En muchos casos, el ciclo de reproducción viral mata a la célula infectada, que estalla y libera en el entorno un ejército de nuevas partículas víricas, listas para infectar a otras células.
Los científicos son cada vez más conscientes de que los virus oceánicos actúan como una fuerza motriz evolutiva de muchos procesos microbianos que afectan al medio ambiente.
Dada la abundancia y el importante papel de los virus en los procesos globales, es vital conocer qué tipo de virus son, qué es lo que hacen exactamente, cómo influyen en las formas de vida a las que parasitan, y cómo interactúan con el medio ambiente. Los datos preliminares sugieren que son muchísimas las interacciones y procesos biológicos oceánicos en los que los virus participan.
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