En enero, la tierra se abrió en Haití, el país más pobre de América Latina y sepultó bajo los escombros a más de 200.000 personas. Todavía hoy más de un millón de haitianos siguen viviendo en la calle en campamentos provisionales y en noviembre, una epidemia de cólera volvió a sembrar al pánico entre una ciudadanía que parece ser víctima de una maldición eterna.
Al sur de Haití, en Chile la tierra también dio muestras de su virulencia aunque las cifras de daños humanos fueron infinitamente inferiores.Estadística o cambio climático, las inundaciones han hecho estragos, con diferentes balances, en varios puntos del planeta. Las más graves se vivieron en Pakistán donde las aguas del río Indo anegaron una quinta parte del país.
En otros puntos como Rusia o Israel, es el fuego quien se encarga de sembrar la muerte y la destrucción.
En la cumbre del clima, en Cancún, las conclusiones no pudieron ser más contundentes: el impacto de los desastres naturales será mucho más severo a partir de ahora. Los efectos ya se notan y en ocasiones provocan conflictos territoriales como en el Ártico donde al desaparecer sus hielos eternos están quedando al descubierto enormes reservas de gas y petróleo cuya explotación habrá que gestionar.
El Parlamento de Cataluña decidió prohibir las corridas de toros y encendió con su decisión, la mecha de la polémica. Menos polémica aunque también la hubo, trajo el acuerdo tomado en Cataluña para prohibir el burka y el niqab. Un problema con cierto trasfondo religioso en un mundo en el que las diferentes confesiones también han sido noticia.
La Iglesia católica pidió perdón por los abusos sexuales a menores cometidos por religiosos y España vivió la visita del Papa, que ha dado muestras de oposición a la política del gobierno en varias materias como la ley del aborto.
Cada año tiene su cara y su cruz. En materia social, la cruz ha sido el aumento de las víctimas de la violencia machista y la cara, el radical descenso de las víctimas de la carretera. El número de muertos sigue bajando: más de un 50% de descenso para el conjunto de la década.
Pero si ha habido una imagen de felicidad en el año que termina, ha sido la de los mineros chilenos rescatados del vientre de la tierra tras permanecer dos meses atrapados. Las nuevas tecnologías, el coraje de los mineros y también la suerte, permitieron que Chile se llenara de legítimo orgullo al recuperar a sus ciudadanos con vida.
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