El cambio climático repercute de forma desastrosa en los osos polares es posible que en este siglo el hombre este presente en la extinción de los osos polares como ya lo estuvo en tiempos de los mamuts.
Han encontrado el porque entre la reducción en el número de cachorros de oso polar en la bahía de Hudson y la pérdida de hielo marino en ella.
Las reducciones del número de pequeños cachorros recién nacidos son una amenaza significativa para la población de osos polares en la zona oeste de la Bahía de Hudson, advierte Peter Molnár, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta, Canadá.
Con el cambio climático avanzando, como por desgracia parece que ocurrirá, la viabilidad del oso polar en gran parte del Ártico bajará hasta niveles aún más preocupantes que el actual.
Molnár y sus colegas Andrew Derocher y Mark Lewis usaron datos recolectados desde la década de 1990, para analizar por cuánto tiempo, durante la estación en la que el oso polar caza, la Bahía de Hudson permanece congelada, y cuánta energía pueden almacenar las hembras embarazadas antes de dar a luz.Con una ruptura temprana de la fina capa de hielo en primavera reduce la temporada de caza, provocando a las hembras embarazadas dificultades para subsistir, y aún más para dar a luz y criar a sus cachorros.
Las osas polares embarazadas permanecen en sus refugios por un período de hasta 8 meses, en el que dan a luz, y durante este tiempo no tienen comida a su alcance, debiendo sobrevivir de sus reservas corporales de grasa.
Los autores del estudio estiman que a principios de la década de 1990 el 28 por ciento de las osas polares embarazadas en la bahía de Hudson carecieron de las suficientes reservas de grasa, y por ende no fueron capaces de sacar adelante a su camada. Las hembras embarazadas carentes de suficiente grasa corporal no se retiran a su refugio para ejercer su maternidad o abortan de modo espontáneo.
Empleando modelos matemáticos para estimar los impactos energéticos de una temporada de caza más corta de lo normal, el equipo de cientificos ha calculado los siguientes escenarios:
La primavera en la Bahía de Hudson empieza un mes antes que en los años noventa y ochenta, del 40 al 73 por ciento de las osas polares embarazadas no logrará completar con éxito su gestación.
Con el hielo rompiendose dos meses antes que en los años noventa, del 52 al 100% de las hembras embarazadas en la zona occidental de la Bahía de Hudson no tendrán ni un solo cachorro.
La población de osos polares que se calcula que actualmente existe en la zona occidental de la Bahía de Hudson esta alrededor de los 900 ejemplares, bastante menos que los 1.200 osos de la década anterior. El número total de osos polares en el Ártico se calcula que es ya sólo de entre 20.000 y 25.000 ejemplares.
Han encontrado el porque entre la reducción en el número de cachorros de oso polar en la bahía de Hudson y la pérdida de hielo marino en ella.
Las reducciones del número de pequeños cachorros recién nacidos son una amenaza significativa para la población de osos polares en la zona oeste de la Bahía de Hudson, advierte Peter Molnár, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta, Canadá.
Con el cambio climático avanzando, como por desgracia parece que ocurrirá, la viabilidad del oso polar en gran parte del Ártico bajará hasta niveles aún más preocupantes que el actual.
Molnár y sus colegas Andrew Derocher y Mark Lewis usaron datos recolectados desde la década de 1990, para analizar por cuánto tiempo, durante la estación en la que el oso polar caza, la Bahía de Hudson permanece congelada, y cuánta energía pueden almacenar las hembras embarazadas antes de dar a luz.Con una ruptura temprana de la fina capa de hielo en primavera reduce la temporada de caza, provocando a las hembras embarazadas dificultades para subsistir, y aún más para dar a luz y criar a sus cachorros.
Las osas polares embarazadas permanecen en sus refugios por un período de hasta 8 meses, en el que dan a luz, y durante este tiempo no tienen comida a su alcance, debiendo sobrevivir de sus reservas corporales de grasa.
Los autores del estudio estiman que a principios de la década de 1990 el 28 por ciento de las osas polares embarazadas en la bahía de Hudson carecieron de las suficientes reservas de grasa, y por ende no fueron capaces de sacar adelante a su camada. Las hembras embarazadas carentes de suficiente grasa corporal no se retiran a su refugio para ejercer su maternidad o abortan de modo espontáneo.
Empleando modelos matemáticos para estimar los impactos energéticos de una temporada de caza más corta de lo normal, el equipo de cientificos ha calculado los siguientes escenarios:
La primavera en la Bahía de Hudson empieza un mes antes que en los años noventa y ochenta, del 40 al 73 por ciento de las osas polares embarazadas no logrará completar con éxito su gestación.
Con el hielo rompiendose dos meses antes que en los años noventa, del 52 al 100% de las hembras embarazadas en la zona occidental de la Bahía de Hudson no tendrán ni un solo cachorro.
La población de osos polares que se calcula que actualmente existe en la zona occidental de la Bahía de Hudson esta alrededor de los 900 ejemplares, bastante menos que los 1.200 osos de la década anterior. El número total de osos polares en el Ártico se calcula que es ya sólo de entre 20.000 y 25.000 ejemplares.
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